
La artista, que padece síndrome de rigidez muscular, interpretó “Hymne à l’Amour” de Edith Piaf luciendo un vestido verdaderamente lujoso para esta ocasión tan significativa. La creación de este vestido llevó más de 1,000 horas de trabajo artesanal.

El atuendo, adornado con lentejuelas y 500 metros de flecos, presentaba una elegante cola de seda que parecía cobrar vida con cada movimiento de la cantante. La diseñadora Maria Grazia Chiuri buscó un efecto impresionante, y definitivamente lo logró. Han surgido fotos del proceso de preparación del vestido en línea.

Los bloggers comentaron sobre el look de Celine. Entre los comentarios se leía: “¡Increíble belleza!”, “Este es exactamente el tipo de vestido que se necesita para convertirse en la reina de la velada” y “Amo a Celine; su regreso solo podía ser así: brillante, sensual e increíblemente femenina”, escribieron los usuarios.

Celine Dion expresó que no esperaba una recepción tan cálida. La cantante canadiense permaneció en París, donde los fanáticos continúan expresando su admiración por la valentía de la estrella.

Esta fue la segunda vez que Celine actuó en la inauguración de los Juegos Olímpicos. Su primera aparición en el escenario para esta ocasión fue en 1996 en el estadio de Atlanta.